A una diosa nórdica
con su rubio pelo
y sus ojos de delirio y perdición
que son estanques salvajes
para las almas incautas
que dejan paso a dos lunas
de azúcar de caña
y se estremece la válvula motora
y en un impase desenfrenad
apurando y deshojando
un baño de hormonas
que saltan de las sabanas
y que se refugian como recuerdos
en los espejos de nunca jamás.
En definitiva por noches insomnio
y algunas agujetas añadidas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario