domingo, 22 de mayo de 2011

Ilegales ¿por qué?

Hoy como ayer nos declaran ilegales
Quieren desalojarnos y los policías nacionales
Nos hacen fotos y mas fotos quizá porque somos peligrosos
O quizá porque pensamos demasiado.

Me pregunto porque no ilegalizan las listas
De políticos cuando están imputados en corrupción
Quizá es que pueda la política de partido con de la razón
Y es que porque no los desalojan de las listas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Tiempo y Silencio



El sonido se ha costeado
Unas vacaciones de silencio
Para que durante ese tiempo ese lapso
Sus tímpanos estén tranquilos.

Cuando el ocaso del Sol
Anuncia noche de fiesta
sin música como acompañante
todos caen rendidos al sueño.

Se acabo la fiesta
Se acabo la noche.

Versos (Una aportacion de un muy buena amigo Isaac Martin)

1
Ruborosa manzana y caliente
sobre una lengua de fuego verde
que ondea, clava y duele
como un mar de metal ardiente.

Brotan de tu flamígero vientre,
océano de sangre candente,
un toro y una rosa perenne
con certeza y ansia de muerte.

2
Recupera tu lugar en la altura
de tus nubes y blancos algodones
de redonda y etérea factura:
¡Lívido alimento de mis pulmones!

3
En tu centro de espirales
y sustancias primordiales
atesoras las verdades
y del mundo las edades.

4
En océanos de sangre
bañas cien lunas de plata,
parientes de mis dos padres
y anhelos de mi garganta.
Templo de avena preclara
y aceituna respirable;
corona de dulces llamas
rojas, negras y brillantes.
Salvaje inicio de mi hambre,
flamígera en las entrañas,
donde es mi lobo habitante.
¡Refúgiame en tu mirada!
Asilo exijo en el aire
que en tu cabello descansa.

5
Entre glaciares oscuros y espesos
reclamo yo tus luceros tempranos,
ardientes y solares artesanos,
hacedores de mi frío y tus besos.

Noche gélida, áspera y desolada
que susurra un pálido y lastimoso
saludo al reino de lo doloroso:
nocturno arenal henchido de nada.

¿Cuándo iluminarán tus ovalados
vidrios, veraniegos y transparentes,
mis helados bosques y yermos prados?

¿Cuándo regarán tus lunas calientes,
oh, hija de los viñedos soleados,
mi pecho y mi frente, tan impacientes?

6
Tus orillas de esponjosa canela
resplandecen ingrávidas y aladas
circundando las fresas inflamadas
que mi boca penosamente cela.

Abrasa ya la divisoria tela
que aleja mis sienes enamoradas
de tus dos fronteras almibaradas,
pétalo doble que crepita y vuela.

Arcano de mi sangre fugitivo
inundado de vida y universo;
delicado lecho de uva y centeno

que estalla amargo, distante y esquivo
como sonoro principio del verso:
fosa exquisita donde yago y peno.

7
Sonrisa que aclarará
mis más oscuras mañanas
dibujando las riberas
más fulgentes y doradas.

Luna que iluminas
valles, lagos y montañas
desde la aurora que asciende
hasta el incendio que baja.

Aceituna, trigo y miel
pueblan tu florida espalda
sembrada de pan y vides
y de azúcar destilada.

8
Marzo besó con jazmines
mi cabello una mañana
bendiciéndome la nuca
y librándome de escarcha.
La primavera vino con
tus pistilos de plata,
dulce fuente de la sangre
que mis estambres inhalan.
La primavera vino con
tu mano tan descarada
que me ciñó la corona
del aroma de tu jara.
La primavera vino con
tus retamas perfumadas
con la estelar esencia de
las riberas del Guadiana.
La primavera vino con
tu sonrisa nacarada:
claridad futura sobre
el perfil de mi esperanza.
La primavera trajo la
promesa de tu mirada,
hija celeste del núcleo
de la flor y la guirnalda.
La primavera eres tú y tu
centro de rosa incendiada
con pétalos de fervor
y de sangre concentrada.

9
Tu corazón retumba desde el pecho más hondo
crispando el lunar chorro de la sangre caliente
que fecunda la tierra brotando desde el fondo
del mar hasta tu frente.

Riegan tu alma pulsiones de océanos bravíos
destellando reflejos de brasas tan hermosas
como una constelación azul de astros, ríos
y venas victoriosas.

10
Los demonios vienen hacia mí
en forma de búhos sangrientos
y despedazan mi corazón
y me llenan de inviernos
y me arrancan el viento
y me dejan muriendo
sin pulso ni aliento.

11
Luminosa y violenta,
derrumba el cielo sangrante
con su rayo la tormenta,
espiral y perfecta.
Caleidoscopio de viento
amante, cárcel de sangre
tronante y sedienta.
Relámpago de carne
erótico y galopante,
corcel de rayo puro
y de pura llama y negra,
abrasando la tierra,
macerando la hierba.
Carnívora y hambrienta,
la serpiente eléctrica;
venero de sustancia:
de mi pena océanos,
de tus cabellos tormenta.


12
Candente abrazo de terciopelo
líquido y solar y cristalino,
encarcelada lengua de sufrimiento,
¿no cesa ya este torbellino?