Son fugaces los
momentos de nuestra historia
esos instantes que la
electricidad de nuestra vida
conjuga las palabras
tristeza y desdicha
pero hoy por hoy
igual que el Titanic nos hundiremos
y el amor en una
calabaza de madera
que impertérrita e
inmutable se mantiene el las aguas frías
del no vernos, del
participar sin música de ahogarnos
con una horca que nos
trague
y nos abandonemos al
olvido y no recuerdo
lapida sobre lapida
muerte sobre muerte
nuestro ataúd ese
atolondramiento
que al final de los
finales…
me ha dejado agotado…
ya no puedo con mas
pecho ya no puedo…
pesimismo en estado puro... pero al igual que el Titanic existe bajo el océano; hay amores que no mueren, solo se ocultan...
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