sábado, 28 de enero de 2012

Incoherencias de mi mismo y conmigo mismo.


Soy aquel ratón
atrapado por una leona,
que me araña, pero no me abandona.
Estoy enredado en la telaraña
de su mirada
y me hundo en las arenas movedizas
de tu sonrisa.
Carcelero y preso con las llaves de mis murallas
fractal poético de sonatas
que ya no tienen ningún sentido.
¡Vuela! ¡Vuela!
Como Ícaro para darte la hostia
Contra los acantilados
De la ecuación del pasado
con lo que no pudo ser
con lo que ya es un hecho.
Matame, que tus labios sean el fusil
y la bala
sea tu lengua que me atraviesa
y me llama.

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