Los sentimientos brotan
De los amores
y de los mares
Pero mueren de pie
Como los arboles.
Estamos atentos
A las alucinaciones
A los versos
A las noches.
Escribimos sentencias
De las carencias
Que siempre tenemos
Y banalmente conocemos.
Somos esclavos
De nuestras acciones
Hastiado de tanta insolencia
Con canciones y versos de Sabina
Me inspiro, me relajo, vivo mi vida
Dejo de la lado mi intolerancia.
Bajo la divina luna
Me baño en el Jordán
Y loco, demente, desvalido,
Atento contra el antídoto
Que tenía mi cura.
Se desvanecen las esperanzas
Alabardas, dagas y azagayas
Se clavan en el pecho, en el alma.
Aparece el gorrión y el jilguero. ya cantan.
Y yo, sin poder hacer nada, fenezco en el pantanal
De luciérnagas apostadas en planta
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