El día fue desnudándose
del Este al Oeste
para reposar en el mar.
cuando a dormir fue él,
tu comenzaste a desprenderte de la ropa
que cubría la doble curva peligrosa
de la respiración alterada
de la sinfonía ligera a un ritmo constante.
tu mirada me atravesaba
y la esquina de la ventana comenzó a sudar
el sutil descarrilamiento de las sabanas
en los tic-tac de ese vaivén
caricias, besos y excesos
nadamos hasta el jardín amable
tan solo nos separaba un río
del reino de Xanadú.
Un ejercito de sombras
reposan tranquilas en Xanadú
donde el Kubla-Khan construía una cúpula.
yo fui a perturbar su eterno sosiego
en ese reino de columnas,
de puntas que nacen del techo
de chinchetas en el suelo,
en ese reino de agua, oscuridad, calcita,
que crece lento, vertical y horizontal
me quiero enredar, dormir, vivir
en la continua travesía
de la búsqueda de nuevos mundos apartados
de salas donde la inmensidad te acaricia
de gateras que te rozan hasta asfixiar
en estos términos quiero volver y recorrer
toda una vida de rocas horadadas.
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